El 24 de febrero cambió por completo la vida de los miles de los ucranianos. La agresión rusa llegó a cada puerta. Rusia sin piedad destruye los edificios de la infraestructura civil, como los hospitales, las guarderías, las escuelas. La gente de Ucrania duerme en los refugios antiaéreos y dejan las casas de manera masiva para salvarse la vida.
Ya es el tercer día que dura la guerra… Los ciudadanos de múltiples pueblos han sido atacados. Las vidas de los civiles corren peligro. Al día de 26 de febrero contamos con 198 fallecidos y 1115 heridos, entre las victimas mortales 3 niños y 33 más sufrieron heridas.
Al explotar el puente entre Kyiv y Zhytomyr se han producido 4 víctimas, entre ellas – una menor.
Alicia de 7 años falleció después de que la artillería pesada rusa se descargó contra la guardería “Sonechko” (“solecito”) en la ciudad de Okhtyrka.
Después de los ataques de los soldados rusos la ambulancia llevo al hospital infantil “Okhmadyt” a un niño de 7 años con las heridas graves. El menor estaba inconsciente y perdió mucha sangre. Le diagnosticaron herida de metralla en el cuello del lado derecho, múltiples heridas en los tejidos blandos, herida en la cabeza y la contusión. Ahora mismo el niño esta en la UCI en el estado crítico. No se sabe dónde se encuentran los padres del niño.
Desde ahora todos los niños ucranianos son víctimas de la guerra y los niños de los subterráneos. Al igual que los adultos los pequeños están obligados a lidiar con las emociones fuertes, como el miedo a la guerra. En vez de los columpios al parque, el balanceo emocional. Siguen siendo niños que quieren jugar, pero en condiciones de la guerra el único juego que les queda es el escondite. Se esconden de los ocupantes que matan a sus amigos. Aun así, intentan seguir con su vida iluminada por la inocencia, pero ahora en un sótano.
En los refugios los niños juegan, se ríen y duermen en la tierra. La guerra les enseña tener miedo y esconderse, nuestra valentía les enseña luchar y no rendirse. Y nuestra victoria les enseñara la justicia.
A pesar de los bombardeos la vida se abre el paso. Desde el inicio de la guerra abierta conta Ucrania en muchos refugios por todo el país nacieron pequeños. Desde sus primeros días de vida los bebes están luchando por una patria libre e independiente. En el metro de Kyiv, donde la gente se refugia de los bombardeos, nació pequeña Mía. En la región de Kherson con la ayuda de los médicos vinieron al mundo dos niños. El hospital de maternidad #3 en Kyiv funciona completamente en el sótano del edificio. Los médicos y las enfermeras conviven con las madres y sus bebes y hacen todo lo posible para que la experiencia del parto traiga un poco de felicidad a todos.
Desde ahora todos los niños ucranianos son víctimas de la guerra y los niños de los subterráneos. Al igual que los adultos los pequeños están obligados a lidiar con las emociones fuertes, como el miedo a la guerra. En vez de los columpios al parque, el balanceo emocional. Siguen siendo niños que quieren jugar, pero en condiciones de la guerra el único juego que les queda es el escondite. Se esconden de los ocupantes que matan a sus amigos. Aun así, intentan seguir con su vida iluminada por la inocencia, pero ahora en un sótano.
En los refugios los niños juegan, se ríen y duermen en la tierra. La guerra les enseña tener miedo y esconderse, nuestra valentía les enseña luchar y no rendirse. Y nuestra victoria les enseñara la justicia.