Lleno de sonrisas y aplausos. Así era el teatro de drama en Mariupol antes de estallar la guerra, lleno de emociones.
Allí mismo se escondían casi mill niños y mujeres que perdieron sus casas al empezar la guerra. Es sobre sus cabezas la aviación rusa ayer tiró una bomba termobárica de alto impulso.
La palabra NIÑOS estaba dibujada en el asfalto por los dos lados del edificio, era fácil de leerla desde el aire. Pero esto no hizo parar a los ocupantes.
Con una crueldad similar los rusos bombardearon la piscina ‘Neptún’, donde también se escondían los niños y mujeres.
En Chenigiv la gente pacifica estaba haciendo cola para comprar pan. Ellos soñaban con un desayuno agradable junto a su familia y pensaban que harán por la tarde. Para los 10 de ellos este día no pasó más allá de aquella fatídica mañana.
Más tarde bombardearon las viviendas, fallecieron tres niños.
Ayer desde Mariupol, que durante semanas estaba a borde de una catástrofe humanitaria, salió una columna de coches con civiles dentro. Querían llegar a Zaporizhia. El enemigo ametralló los vehículos, mató a los inocentes, los niños salieron heridos.
Ucrania sigue exigiendo cerrar el cielo.